Tuesday, September 18, 2012

EL LIBRO DE SIRACIDA O DE LOS ECLESIASTICO. EL ELOGIO DE LOS ANTEPASADOS DE ISRAEL. PARTE 7 DE 8.

EL LIBRO DE SIRACIDA O DE LOS ECLESIASTICO.
EL ELOGIO DE LOS ANTEPASADOS DE ISRAEL
Este es un Poema de Alabanza a los antepasados,
son listados todos los hombres famosos de Israel:
reyes, libertadores, profetas, sabios y poetas.
Empiezan por alabar a Dios, cuya sabiduría resplandece
en el orden del universo y siguen con la descripción
de la sabia actuación de Dios a través de los
grandes personajes del Antiguo Testamento.
 
¡JESUS HA RESUCITADO!
Hay una manera de entender la Biblia que es propia
del pueblo de Dios: es lo que llamamos la Tradición
del pueblo de Dios. Jesús recibió de su propia familia
y de su pueblo esta tradición. Luego, enseñó a sus
apóstoles una nueva manera de comprender esta
historia sagrada: por eso se habla de la Tradición
de los apóstoles o de Tradición de la Iglesia.Para
entender bien la Biblia, no podemos fiarnos de
cualquier predicador que la tira por su lado.
Debemos recibirla tal como la entiende la
Iglesia católica, que fundaron los apóstoles
y que siempre se fijó en sus normas.
 
EL SUMO SACERDOTE SIMON
Simón, hijo de Onías, fue  el Sumo Sacerdote que durante su vida res
tauró la Casa y en sus días consolidó el Santuario. El puso los cimien
tos de las torres de refuerzo, del  alto  contrafuerte que rodea al Tem
plo. En sus días fue excavado  el  depósito  de las aguas, un estanque
amplio como el mar. Preocupado por  preservar a su pueblo de la caí
da, fortificó la ciudad contra el asedio.

¡Qué glorioso era, rodeado de su pueblo, cuando salía detrás del velo!
Como lucero del alba en medio de nubes, como luna en su plenilunio,
como sol resplandeciente sobre  el  Templo del Altísimo, como arco i
ris que brilla entre nubes de gloria, como  rosa en los días de primave
ra, como lirio junto a un manantial,como brote del Líbano en los días
de verano, como fuego e incienso en el incensario, como vaso de oro
macizo adornado con toda clase de piedras preciosas, como olivo car
gado de frutos, como ciprés que se eleva hasta las nubes.
 
Cuando se ponía la vestidura de fiesta y se revestía de sus espléndidos
ornamentos,cuando subía al santo altar, él llenaba de gloria el recinto
del Santuario. Cuando  recibía  las porciones de manos de los sacerdo
tes  y estaba él mismo de pie, junto al fuego del altar, con una corona
de hermanos a su alrededor como  retoños de cedro en el Líbano lo ro
deaban como troncos de  palmera  todos  los  hijos  de Aarón en su es
plendor, con  la ofrenda  del Señor en sus manos, delante de toda la a
samblea de Israel.
 
Mientras oficiaba en los altares y disponía la ofrenda para el Altísimo
todopoderoso,él extendía la mano sobre la copa,derramaba la libación
la sangre de la uva y la vertía al pie del altar,como perfume agradable
al Altísimo, Rey   del universo. Entonces, los hijos de Aarón prorrum
pían en aclamaciones, tocaban sus trompetas de metal batido y hacían
oír un sonido imponente, como memorial delante del Altísimo.
 
En seguida,todo el pueblo, unánimemente, caía con el rostro en tierra
para adorar a su Señor,el Todopoderoso,el Dios Altísimo.También los
cantores entonaban sus alabanzas: en  medio  del estruendo se oía una
dulce melodía.El pueblo suplicaba al Señor Altísimo,dirigía sus plega
rias ante el Misericordioso,hasta que terminaba el culto del Señor y se
ponía fin a la liturgia. Entonces, él  descendía  y elevaba las manos so
bre toda la asamblea de los israelitas, para  dar con sus labios la bendi
ción del Señor y tener el honor de pronunciar su Nombre.Y por segun
da vez, el pueblo se postraba para recibir la bendición del Altísimo.
(Sirácida 50: 1-21)
 
HIMNO FINAL
Y ahora bendigan al Dios del universo que hace grandes cosas por to
das partes,al  que  nos exaltó desde el seno materno y nos trató según
su misericordia.Que él nos dé la alegría del corazón,y conceda la paz
en  nuestros  días, a  Israel, por los siglos de los siglos. Que su miseri
cordia permanezca fielmente con nosotros y que nos libre en nuestros
días.
 
Hay dos naciones que detesta mi alma, y la tercera, no es una nación:
los que habitan en la montaña de Seír, los filisteos, y el pueblo necio
que habita en Siquem.Una instrucción de sabiduría y de ciencia es la
que dejó grabada en este libro Jesús, hijo de Sirá, hijo de Eleazar, de
Jerusalén, que derramó como lluvia la sabiduría de su corazón.
 
¡ Feliz el que vuelve continuamente sobre estas palabras !  El que
las ponga en su corazón,será sabio.Si las practica,será capaz de afron
tarlo todo, porque la luz del Señor marca su huella. (Sirácida 50: 22
-29)
 
COMENTARIO
Sepamos  apreciar  esta larga semblanza del sumo sacerdote Simón.
Ben Sirá, que ejerció  responsabilidades y conoció la vida, no tiene
vergüenza  de  expresar  su gran admiración por las ceremonias del
Templo. Como a cualquier creyente judío, los vestidos sagrados, la
música y  las ceremonias solemnes le revelaban algo del mundo de
Dios, que es esplendor, alegría, fiesta, alabanza.
 
LA BIBLIA LATINOAMERICANA
 
eress...TU

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