Monday, February 28, 2011

"MUJERES EN LA BIBLIA" "TODA MATERNIDAD ES SIEMPRE UN DON DE DIOS" "LA MADRE : AMOR SUBLIME DE DIOS" Parte 6 de 20.

DEBORA PROFETISA MUJER DE LAPIDOT. EL 4to. JUEZ Y UNICA MUJER JUEZ DE ISRAEL.
Débora (en hebreo דְּבוֹרָה, ‘abeja’) era una profetisa y el cuarto
Juez (además única mujer Juez de Israel) del Israel premonárquico del
Antiguo Testamento (Tanaj). Su historia se cuenta dos veces en
los capítulos IV y V del Libro de los Jueces. El primer relato es
en prosa, narrando la victoria de las fuerzas israelitas dirigidas
por el general Barak, a quien Débora provocó pero profetizó
que no lograría la victoria final sobre el propio general cananeo
Sisera. Tal honor correspondió a Jael, la esposa de Heber, un
cineo fabricante de tiendas. Jael mató a Sisera clavándole una
estaca de la tienda en la cabeza cuando dormía.
(Hacer clic en las fotos para ampliarlas)
DEBORA: UNA MUJERE QUE TRAJO
UNA NACION COMPLETA DE NUEVO A DIOS.
CONOCIDA COMO MADRE DE ISRAEL.
"Las aldeas quedaron abandonadas en Israel, habían decaído,
hasta que yo Débora me levanté, me levanté como madre en
Israel." (Jueces 5:7)

La sorpresa de una mujer.
La inferioridad de la mujer en el pueblo de Israel era similar a la de
otros  pueblos y otras épocas. Su testimonio no era válido frente a
un  tribunal. Su  palabra  no  era  de fiar. Sin embargo, como siglos
más  tarde reconocerá Pablo: “Dios ha elegido lo que el mundo tie-
ne  por  necio, con el fin de avergonzar a los sabios; y ha escogido
lo que el mundo tiene por débil,para avergonzar a los fuertes. Dios
ha elegido a la gente común y despreciada; ha elegido lo que no es
nada para rebajar  a lo que es” (1Cor. 1,27-28). Siguiendo su lógi-
ca, Yahvé  hace  surgir  una “sorpresa” en  la historia de su pueblo.
Esa sorpresa se llama Débora. Una  mujer  que  sentada  bajo una
palmera resolvía  los pleitos que le presentaban los israelitas. Vivía
en la tierra de Efraín, lejos de los centros de poder.

Débora tiene una visión  y  llama a Barac para que dejando en ridí-
culo a los cananeos, los  israelitas vuelvan al camino de Yahvé que
habían abandonado. Barac  se niega a hacer nada si Débora no va
con él. Es  así como una mujer se convierte en Juez y Profetisa del
pueblo  de Israel, en  contra de todas las tradiciones, en un mundo
donde los varones tenían todas las responsabilidades sociales y re-
ligiosas, pero en fidelidad al estilo de actuar de Yahvé. Ella convo-
ca a las tribus de  Israel  para emprender una guerra contra Yabín,
el rey cananeo, y Sísara, capitán de su poderoso ejército. La inter-
vención de Yahvé da la victoria a las exiguas tropas que comanda-
ban Débora y Barac. El general Sísara encuentra una violenta e im-
presionante muerte a  manos de una mujer.Como consecuencia el
país tuvo paz durante cuarenta años.

DEBORA 4to. JUEZ DE ISRAEL

Un caso único.
Ni antes ni después de Débora encontramos en la Biblia el caso de
otra mujer a  la que acudieran  los hijos de Israel, reconociendo su
autoridad. Y no acudían para pedir consejo, acudían para someter-
se a juicio. Alguien que ni siquiera podía ser testigo se convierte en
Juez. Ejerce  un liderazgo que no  se repetirá por  parte de ninguna
mujer a lo largo de  la historia de Israel. Los varones “recuperarán”
pronto su supremacía. El  caso de Débora fue único, ¿Dónde esta-
ba su “secreto”? Quizás  nos dé una pista  el apellido que se le atri-
buye: Hanevi, que significa profetisa. Los  profetas  eran  personas
capaces de conocer el corazón de Dios y trasmitir al pueblo el pro-
yecto de Yahvé. De ahí nace  su liderazgo frente a quienes ejercían
algún tipo de poder social, político o económico.

DEBORA Y BARAC:
LA OPRESION DE LOS CANANEOS.

Después  de  la  muerte de Josué siguió para el pueblo de Israel un
período de desorganización,discordia entre tribus y un retorno a la
adoración  de dioses hechos  de madera  y piedra. Israel  olvidó el
verdadero Dios que  los había librado de la cruel esclavitud, los au-
xilió en el desierto, y  los  trajo a morar en una tierra placentera. Se
les había mandado no adorar  a otro dios y por esta desobediencia
Dios los entregó en poder de sus enemigos.

Pero cuando  ellos clamaron al Señor, " Yavé  levantó jueces que
los librasen" (Jueces 2:16).Estos héroes nacionales fueron llamados
algunas veces "libertadores," y de la mayoría se dice que "juzgaron
a Israel" por  un cierto número de años. Es obvio que esto imparte
un nuevo significado a la palabra "juez," es  decir, el  de un líder en
batalla y un gobernante en tiempo de paz. También fueron más que
líderes y gobernantes, puesto que fueron comisionados por el Espí-
ritu Santo de Dios para la liberación y preservación de Israel hasta
el establecimiento del reino.
http://www.vatican.va/archive/ESL0506/__P66.HTM

Débora, una profetisa, apareció  por  el  año 1125 antes de Cristo.
Tenía su sede entre Ramá y Betel, donde  el pueblo de Israel venía
a  consultarla en relación  con  sus  diferencias tribales y problemas
familiares. Así  que  ella era un juez en el sentido no militar de la pa-
labra, y  es probable, debido a  su  prestigio como profetisa y juez,
que el pueblo  había recurrido  a ella en las circunstancias a las que
estaban  reducidos bajo  la opresión de Jabín. Sísara era el coman-
dante de  la fuerzas armadas de Jabín, rey  de Canaán, en cuyo po-
der Dios había  entregado a Israel. Su cruel opresión había durado
veinte años  cuando Débora fue  comisionada por el Espíritu Santo
para que enviara por Barac, hijo de Abinoam, quien residía a unos
150 kilómetros al norte  del campamento de Débora, en Cedes de
Neftalí.

"¿No  te  ha mandado  Yavé Dios de Israel?" "Y  yo atraeré...a Sí-
sara...y  lo  entregaré  en  tus  manos." Este mandato y promesa de
parte del Señor no fue suficiente para animar a Barac, con los hom-
bres de Israel, para atacar a Sísara, sin la presencia de Débora: "Si
tú fueres conmigo, iré, pero si no fueres conmigo, no iré."

¿Percibía  Barac  que  Débora  era el vínculo vital entre él mismo y
Dios? Su  propia  fe  debería  de  haber sido suficientemente fuerte
como para confiar en  la promesa de Dios; sin embargo, obviamen-
te  necesitaba  apoyo tangible  así como  nuestra fe con demasiada
frecuencia  lo  necesita. Débora, accediendo  a  acompañarlo en la
batalla, previno  a Barac que su debilidad de fe resultaría en que la
gloria y el honor se pasarían a una mujer.

Sísara encotró su destino en manos

de Jael esposa de Heber el Ceneo.

La batalla se realizó  en  el  valle de Jezreel, diciendo Débora a Ba-
rac cuando lanzar  la ofensiva, el día  en que el Señor entregaría en
manos de los israelitas a Sísara y su ejército. Sísara, reconociendo
su derrota, abandonó  sus  carros  y caballos y huyó a pie hasta el
campamento de Heber el ceneo, quien se había separado de su tri-
bu y estaba habitando en Cedes. Allí  encontró Sísara su destino a
manos de  Jael, esposa  de Heber. Así, Barac encontró que Sísara
había sido muerto por una mujer con una estaca y un martillo. ¡Có-
mo deben de  haber sonado en los oídos de Barac las palabras de
Débora: "En mano de mujer venderá Yavé a Sísara." "Y la mano
de  los  hijos de Israel fue endureciéndose más y más contra Jabín
rey de Canaán, hasta que los destruyeron." (Jueces 4:24)

El canto de Débora y Barac: Preludio

En el canto de triunfo  de Débora vemos una vívida descripción de
la vida  del  pueblo de Israel bajo la opresión de Jabín: "Quedaron
abandonados los caminos," y  los que viajaban por el país "se apar-
taban por senderos torcidos." La gente de las aldeas entraba en las
ciudades para  mayor protección "hasta que yo Débora me levanté,
me levanté  como madre en Israel." Esta  mujer fiel vino a ser el es-
tímulo  para  la fe de Barac, habilitándolo  para derrotar a los opre-
sores  de  Israel, con el cumplimiento de la promesa de Dios. "Y la
tierra  reposó cuarenta años." Aunque  la  fuerza  de Débora fue el
apoyo para la debilidad de Barac, es  el nombre de Barac el inclui-
do en la lista de hombres y  mujeres fieles en Hebreos 11: "¿Y qué
más digo? Porque  el  tiempo  me faltaría contando de Gedeón, de
Barac..."  Pero, ¿qué más grande homenaje podría recibir Débora
que el de ser conocida para siempre como "madre de Israel"?

Debora Profetisa y 4to. Juez de Israel.

Actualmente  muchas  mujeres claman por la llamada liberación de
su sexo. La mujer sabia se dará cuenta de que ella tiene mucho po-
der para  manejar  los sucesos presentes y futuros. La madre tiene
a su cargo el entrenamiento del niño durante la mayor parte de sus
años  de formación, y la esposa puede ayudar a sostener y guiar a
su  esposo. ¿No  formó  Dios a Eva como compañera? Una mujer
que confía  en  el  Señor no se fía de su propio entendimiento, sino
que  reconoce  a Dios en su vida diaria, permitiéndole dirigir su ca-
mino. Ella será,como Débora antes que ella, guía, consejera y apo
yo para su esposo  e  hijos y para la comunidad en que vive, siem-
pre lista  con  la  mano auxiliadora y la palabra amable, un soporte
para los débiles en la fe, una madre en el Israel espiritual.

Campo de Batalla

Nadie menosprecie el papel asignado a la mujer; aunque primera
en la transgresión, ella ha sido redimida. Las Escrituras nos descri-
ben algunas mujeres cuya fe superó o complementó la de los hom-
bres. En estos últimos días trabajemos juntos hombres y mujeres
en el Señor para el engrandecimiento de la gloria de Dios; porque
esta será nuestra tarea conjunta en el reino venidero. Si no traba-
jamos juntos ahora, tampoco lo haremos entonces. Todos somos
uno en Cristo Jesús.
Traducido por Nehemías Chávez Zelaya
Mujeres de la Biblia
Publicado por la Misión Bíblica Cristadelfiana
y de fuentes varias en la red.

Yael (Jael)
La batalla de liberación conducida por Déborah fué completada con la intervención de otra mujer, Yael. Mientras Déborah es intachable y vista como una heroína porque en ella no se halla ningún comportamiento cuestionable, Yael en cambio puede ser considerada una traidora como Rahav, una engañadora como Tamar y Rivkah (según los parámetros conformistas). Pero ella sabía de qué parte debía estar, y con quién estaba el Señor.
 
Y Hever el Kenita de los hijos de Hovav cuñado de Mosheh, se había apartado de los Kenim, y puesto su tienda hasta el valle de Tzaanannim, que está junto a Kedesh… Sísara escapó a pie a la tienda de Yael mujer de Hever el Kenita; porque había paz entre Yabín rey de Hatzor y la casa de Hever el Kenita. Y saliendo Yael a recibir a Sísara, le dijo: «Ven, señor mío, ven a mí, no tengas temor». Y él vino a ella a la tienda, y ella le cubrió con una manta. Y él le dijo: «Ruégote me des a beber un poco de agua, que tengo sed». Y ella abrió un odre de leche y dióle de beber, y lo cubrió de nuevo. Y él le dijo: «Estáte á la puerta de la tienda, y si alguien viniere, y te preguntare, diciendo: ¿Hay aquí alguno? tú responderás que no». Y Yael, mujer de Hever, tomó una estaca de la tienda, y poniendo un mazo en su mano, vino a él calladamente, y metióle la estaca por las sienes, y enclavólo en la tierra, pues él estaba cargado de sueño y cansado; y así murió. Y siguiendo Barak a Sísara, Yael salió a recibirlo, y le dijo: «Ven, y te mostraré al varón que tú buscas». Y él entró donde ella estaba, y he aquí Sísara yacía muerto con la estaca por la sien.
(Jueces 4:11,18-22)
 
Jueces 4 - Débora y Barac derrotan a Sísara
 
Débora y barac (1)
 
Débora y barac (2)

Vista aerea del Campo de Batalla

eress...TU

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