Monday, October 3, 2011

11 DE OCTUBRE FIESTA DE LA MATERNIDAD DIVINA DE LA BIENAVENTURADA SIEMPRE VIRGEN MARIA. PARTE 1 DE 4.

11 DE OCTUBRE FIESTA DE
LA MATERNIDAD DIVINA DE MARÍA

"Fue el Concilio de Éfeso el año 431, tras avatares con la
postura herética de Nestorio, el que estableció que la
Santísima Virgen es madre de Dios, porque su Hijo,
Cristo, es verdadero Dios y verdadero hombre; quedó
fijada la Maternidad Divina de María, no en sentido
figurado, sino real y propio. El dogma establecido
entonces ha permanecido intacto en la tradición
católica y en otras confesiones cristianas."
LA MATERNIDAD DIVINA DE MARÍA
Obispo Mark A. Pivarunas, CMRI
(Congregatio Mariae Reginae Immaculatae)

11 de octubre de 1995La  fiesta de la maternidad  divina de la Santísima Virgen María fue instituida por el papa Pío XI  para  conmemorar el 1500 aniversario del  Concilio  de  Éfeso, el  tercer  concilio  ecuménico de la Iglesia. Qué conveniente fue que  esta fiesta  fuera instituida en tal aniversario, pues fue en  el Concilio de Éfeso  donde se defendió la doctrina de la maternidad  divina contra la herejía de Nestorio y sus seguidores, quienes negaban que hubiera  una sola divina Persona en Cristo con dos naturalezas, y, como  consecuencia  de  esta negación, rehusaron reconocer a María con el título de Theotokos,es decir, la Madre de Dios. Nestorio y  sus seguidores creían erróneamente que en Cristo había dos Personas: una divina y otra humana,de manera que María fue únicamente la madre de la persona humana.

Antes  de  considerar  la maternidad divina de la santa Virgen, debemos comenzar por un estudio de la Persona de Jesucristo. En el Credo niceno que rezamos  cada domingo en la santa misa, profesamos nuestra firme creencia en la divinidad de Jesucristo:

“...Y en un solo Señor, Jesucristo, Hijo  Unigénito  de Dios. Y nacido del Padre antes de todos los siglos. Dios de Dios; Luz de Luz; Dios verdadero de Dios verdadero. Engendrado, no  hecho; consubstancial al Padre...”

Y  esta  creencia en la divinidad de Cristo se basa en la revelación divina. En  la  Sagrada  Escritura encontramos una multitud de pasajes que manifiestan  la  divinidad  de Jesús. San Juan Evangelista nos dice en el primer capítulo de su Evangelio:

“En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios. [...] Y el Verbo se hizo carne...” (Juan 1:1,14).

MATERNIDAD DIVINA DE MARIA
En  este  pasaje del Evangelio de san Juan, san Cirilio de Alejandría, quien valientmente  defendió  la  fe en el Concilio de Éfeso, sostuvo en admirable conformidad con la Iglesia católica:

“Por tanto,de ninguna manera es lícito dividir al único Señor Je
sucristo  en dos Hijos... Pues la Escritura no dice que el Verbo asoció  la  persona  de  un  hombre con sí mismo, sino que se hizo carne; y eso no quiere decir otra cosa más que Él participó de la carne y la sangre, así como nosotros; en consecuencia, hizo suyo nuestro cuerpo, y se hizo hombre, nacido de una mujer, y al mismo  tiempo  sin abandonar su Divinidad, o su nacimiento del Padre; pues al asumir la carne, permaneció lo que era” (Mansi, 1.c.4. 891).

Así,el papa Pío XI,en su encíclica Lux Veritatis del 25 de diciembre de 1931, que  conmemoró  el 1500º. aniversario del Concilio de Éfeso, reiteró la fe católica en esta doctrina:


“Pues  se  nos enseña, mediante la Sagrada Escritura y la divina Tradición,que el Verbo de Dios el Padre no se unió a cierto hombre ya subsistente en sí,sino que Cristo, el Verbo de Dios, es uno y el mismo, gozando la eternidad en el seno del Padre, y luego hecho hombre en el tiempo. Porque, que la Divinidad y la Humanidad  en  Jesucristo, el  Redentor  de la humanidad, están unidos por esa maravillosa unión, justa y merecidamente llamada hipostática, se evidencia a partir  del  hecho de que en la Sagradas Escrituras el mismo y único Cristo no solamente es llamado Dios y hombre, sino  también  se  declara diáfanamente que obra como Dios y como hombre, y  de  nuevo que muere como hombre y como Dios se levanta de  entre los muertos. Es decir, que quien fue concebido en el vientre de la Virgen por obra del Espíritu Santo, quien  nació  y yació en un pesebre, quien se llama a sí mismo el hijo del hombre, y  quien  sufre y muere clavado en la cruz, es el mismo que, de  manera  solemne y portentosa, es llamado por el
eterno  Padre ‘mi Hijo amado’ ( Mat. 3:17; 17:5; 2 P. 1:17 ), que perdona  el  pecado  por  su autoridad divina (Mat. 9:2-6; Lucas 5:20-24; 7:48; y en otros), e  igualmente  por  su propia potestad da  salud  a  los  enfermos ( Mat. 8:3;  Marcos 1:41;  Lucas 5:13; Juan 9, y en otros lugares). Pues  todas  estas cosas muestran claramente  la  existencia  de  dos naturalezas en Cristo por las cuales  se  obra  humana y divinamente, dando testimonio no menos claramente  de  que  el  único  Cristo  es  al mismo tiempo Dios y hombre  a causa de esa unidad de personas a partir de la cual se le llama "Theanthropos" (Dios-Hombre).”
eress...TU

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