LAS ULTIMAS COSAS:
LOS NOVISIMOS O POSTRIMERIAS DEL HOMBRE
ESCATOLOGIA
La rama de la teología que trata sobre las doctrinas de las cosas finales (ta eschata). El término griego es de introducción relativamente reciente, pero en el uso moderno ha suplantado en gran parte a su equivalente en latín De Novissimis. Como los numerosos temas doctrinales pertenecientes a esta sección de la teología serán tratados ex profeso bajo sus varios títulos adecuados, nos proponemos en este artículo limitarnos a echar una ojeada a todo el campo que servirá para indicar el lugar de la escatología en el marco general de las diversas religiones, explicar su objeto y las líneas generales de su contenido en las diversas religiones de la humanidad, e ilustrar por medio de la comparación la superioridad de la enseñanza escatológica cristiana.
Escatología católica
En este artículo no hay discusión crítica de la escatología del Nuevo Testamento, ni cualquier intento de trazar la evolución histórica de la doctrina católica a partir de datos bíblicos y tradicionales; sólo se da un breve resumen del sistema católico desarrollado. Para detalles críticos e históricos y para la refutación de los puntos de vista opuestos se remite al lector a los artículos especiales que se ocupan de las diversas doctrinas. El resumen escatológico que habla de las "últimas cuatro cosas" (muerte, juicio, cielo e infierno) es popular en lugar de científico. Para el tratamiento sistemático es mejor distinguir entre (A) escatología individual y (B) escatología universal y cósmica.
Bajo A se incluye:
(1) la muerte,
(2) el juicio particular,
(4) el purgatorio, o estado intermedio,
(5) el infierno o castigo eterno;
La proximidad del fin del mundo
y bajo (B):
(1) la proximidad del fin del mundo;
(2) la resurrección de la carne;
(3) el juicio general;
(4) la consumación final de todas las cosas.
La superioridad de la escatología católica consiste en el hecho de que, sin profesar responder a todas las preguntas que la curiosidad ociosa pueda sugerir, da una declaración clara, coherente y satisfactoria de todo lo que debe conocerse al presente, o puede ser provechosamente entendido, en relación con los temas eternos de la vida y la muerte para cada uno de nosotros personalmente, y la consumación final del cosmos del que somos parte.
Introducción a la escatología en el Catecismo de la Iglesia Católica
El Purgatorio o estado intermedio
Las verdades escatológicas
El Símbolo de los Apóstoles, presentado por el Catecismo de la Iglesia Católica en la primera parte, “culmina en la proclamación de la resurrección de los muertos al final de los tiempos y en la vida eterna” (§988). Por consiguiente, el Catecismo de la Iglesia Católica presenta la doctrina acerca del destino último del hombre en dos artículos:
el undécimo: “Creo en la Resurrección de la carne” (§§988-1019; cf. Compendio, §§202-206); considera la muerte y la resurrección;
el duodécimo: “Creo en la Vida eterna” (§§1020-1060; cf. Compendio, §§207-216); presenta el juicio particular, el cielo, el purgatorio, el infierno, el juicio final, y la esperanza de los cielos nuevos y de la tierra nueva.
El Infierno o castigo eterno
Escatología
¿Cuándo empieza lo escatológico?
Para el ser humano hay algo de lo que no duda en asboluto. Sea creyente o ateo, agnóstico o cualquiera otra forma de llamarse en materia espiritual, el tema de la muerte lo da por descontado: va a morir y, sobre eso, cualquier discusión sobra.
Es más, la Constitución Lumen gentium (48) (Vaticano II) nos informa de lo que llama “el único plazo de nuestra vida terrena” y que tampoco es creación de tal documento sino que tiene su razón de ser en la Epístola a los Hebreos que, en un momento determinado (9, 27) dice que:
"Así como los hombres mueren una sola vez, y después viene para ellos el juicio" (Hebreo 9: 27)
También, en otro lugar de los salmos (Salmo 103) se dice algo similar acerca de que el hombre “es un aliento fugaz que no torna”. Y si no torna… pues no vuelve a ese mundo y, entonces, no ocupa otro cuerpo ni es nada por el estilo. Y es que dice el citado Salmo esto que sigue:
"Cual la ternura de un padre para con sus hijos, así de tierno es Yahveh para quienes le temen;
que él sabe de qué estamos plasmados, se acuerda de que somos polvo. ¡El hombre! Como la hierba son sus días, como la flor del campo, así florece; pasa por él un soplo, y ya no existe, ni el lugar donde estuvo vuelve a conocerle."
que él sabe de qué estamos plasmados, se acuerda de que somos polvo. ¡El hombre! Como la hierba son sus días, como la flor del campo, así florece; pasa por él un soplo, y ya no existe, ni el lugar donde estuvo vuelve a conocerle."
El Cielo o Gloria Eterna
Por tanto, si no tenemos que volver aquí (“ni el lugar donde estuvo vuelve a conocerle”) y no tornamos es más que seguro que tengamos un destino que, por ahora, sólo está en el corazón de Dios o, por decirlo de otra forma, sólo Dios conoce y sabe.
A la pregunta sobre cuándo empieza lo escatológico, a tal respecto, dice el número 2771 del Catecismo de la Iglesia católica que:
"En la Eucaristía, la Oración del Señor manifiesta también el carácter escatológico de sus peticiones. En la oración propia de los ‘últimos tiempos’, tiempos de salvación que han comenzado con la efusión del Espíritu Santo y que terminarán con la Vuelta del Señor. Las peticiones al Padre, a diferencia de las oraciones de la Antigua Alianza, se apoyan en el misterio de salvación ya realizado, de una vez por todas, en Cristo crucificado y resucitado".
Es decir, que aquello que pudiera parecer establecido para “luego” del morir se ha adelantado a este mundo, a, como si diría, la vida del siglo gracias a la muerte y resurrección del Hijo de Dios.
Juicio Universal o Final
ESCATOLOGIA:
Resurrección de la Carne
eress...TU
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