LA MUJER SUNAMITA
Otra impresionante historia es la de la mujer Sunamita que el
Profeta Eliseo bendijo y pudo ser madre veamos en 2ª de
Reyes 4:8 al 37, que aunque no tiene nombre, la Biblia dice
que era “importante”. Aparéntemente no era de sangre real.
Nada indica que tenía gran rango, riqueza, o “estatus”. No se
le atribuye gran conocimiento o destreza. No se dice nada de
su hermosura como de Sarah, Abigail o Betsabé. No salvó a
su pueblo como Esther, ni fué una gran líder como Deborah.
¿Qué entonces la hizo importante?
DATOS BIOGRAFICOS DEL PROFETA ELISEO
Datos biográficos del profeta.- Eliseo es el continuador de la
misión profética de Elías. Por eso el ciclo de su actividad
comienza con un traspaso de poderes: al recoger el manto
de su maestro recibe la "alternativa", queda investido de su
mismo poder (2, 13ss). Al dividir las aguas (2, 15), el nuevo
Josué = (Eliseo) sucede al nuevo Moisés (=Elías); cfr. Jos.
3, 7; 4, 14. La muerte de Eliseo se describe en 13, 20. Según
parece, Eliseo acostumbraba a pasar por Sunem, especialmente
cuando iba del Carmelo a su tierra natal. En estos casos
detenía su viaje para descansar en casa de esta buena mujer,
que lo recibía amablemente y con todo el respeto que merece
un hombre de Dios.
Este es uno de los numerosos relatos del nacimiento milagroso del
seno de una madre estéril. El interés especial de este relato es el de acreditar al profeta como portador de la Palabra, auténtica y pode-
rosa de Dios. Lo que los ángeles realizaron en Sara y en las otras
mujeres estériles al darles la fecundidad, es capaz de realizarlo tam-
bién la Palabra, en beneficio de una pagana. El profeta es, pues,
depositario real de la Palabra creadora y vivificante de Dios.Es sa-
bido que una mujer que no tiene hijos propios proyecta sobre un
extraño su afecto maternal. Eliseo, que ha abandonado su familia
para ponerse al servicio de Dios, es aquí el beneficiario de esta
bondad. Así, el complejo psicológico se convierte en actitud de
hospitalidad y de acogida. Pero acoger a una persona insignificante
significa acoger a Dios mismo (Mt 10. 40): la mujer experimenta
este hecho beneficiándose de la visita de Dios. Al poner todo su
ser al servicio de la hospitalidad, esta mujer descubre en Dios el
secreto de su bondad.
El relato del nacimiento, muerte y resurrección del hijo de la
sunamita es una historia llena de delicadeza, de ternura y de
amor. Las promesa de un hijo a unos padres ancianos, como
recompensa por su hospitalidad, es un género literario deno-
minado "saga" que ya aparece en las narraciones patriarca-
les (v. g., promesa a Abraham y a Sara: Gn. 18, 1-15O y tam
bién en el NT. (v. g., la promesa de Juan el Bautista hecha a
Isabel).
SU ESPÍRITU DE SERVICIO (v. 9-10)
Eliseo el profeta pasa por Sunem. Había allí una mujer, que quería
proveer lugar para que él se quedara y descansara. La misma con-
vence a su esposo, y construyen un cuarto para él. Lo que hizo, no
salió en la primera plana y tal vez nadie supo al respecto o se dió
cuenta. Pero, Dios sí. Sirvió por servir, no por l o que recibiría a
cambio. En nuestros días, luchamos mucho con el servicio; pensa-
mos que sino es un acto grande y público, no vale el esfuerzo. Aho-
ra, ¿qué tipo de servicio Dios espera de nosotros? (Mt. 25:34-40)
Si un vecino está enfermo y necesita una comida caliente, no se lo
diga a nadie, llévesela. Si sabe de una familia pobre y los niños ne-
cesitan zapatos o cualquier otra cosa, lléveselos.Si sabe de alguién
que está pasando por tiempos difíciles,esté ahí para ellos.La mujer
sunamita fué considerada importante, por su espíritu de servicio.
Eliseo no se hospeda en su comunidad, sino en el hogar de la suna-
mita, prototipo de todo ser humano capaz de descubrir a Dios en
la persona y obra del profeta. Tal vez los suyos no lo hubieran re-
cibido... La mujer le prepara una cama, mesa, silla..., todo un su-
perlujo para cualquier israelita habituado como estaba a dormir en
la sala común sobre una dura esterilla que se desenrollaba al caer
la noche. Recibir al profeta es un gran honor para la sunamita, pero
para ser como ella necesitamos una mente muy abierta para saber
discernir el dedo de Dios que pasa haciendo el bien. No abrir su
casa a Eliseo hubiera sido cerrarla al Señor,cerrarla al futuro de las
bendiciones. Pero abrirla a otros muchos que se presentan como
los "oficiales"del Señor hubiera supuesto abrirla a unos chantajistas
que juegan con Dios. La actitud adoptada por la sunamita no era
nada fácil.
SU CONTENTAMIENTO. (v. 11-13)
Piense en lo que acabamos de leer. Tenemos a Eliseo, que aprecia
lo que la mujer y su esposo han hecho por él. Le dice que conoce
al rey y al comandante, que solo pidiera lo que quisiera y lo tendría.
El profeta le estaba dando la “oportunidad de su vida.” ¿Qué hubie
ra pedido usted en su lugar? Un mejor trabajo, tal vez uno en el go-
bierno;estar en la nómina del rey o ser parte de su personal; recibir
asistencia financiera o tener seguro médico.¿Pidió la sunamita estas
cosas? NO. (v. 13) “Aprecio su oferta, pero tengo un hogar; mis
necesidades básicas están siendo provistas, reálmente no necesito
nada.” ¿Acaso era rica? No. Pero tenía gran contentamiento. Vivi-
mos en una sociedad, donde todo el mundo quiere más,más y más.
Una casa más grande, un trabajo que pague más dinero, un carro
nuevo y mejor… “Contentamiento no es tener todo lo que quere-
mos,sino querer todo lo que tenemos.” Si no somos felices con las
cosas que ya tenemos, nunca seremos felices con las cosas nuevas
que recibamos.
¿Cual es el secreto del contentamiento? Perspectiva (Fil. 4:11-13)
No es cuanto dinero tenemos, o cuan grande es la casa, o cuan
nuevo es el carro… Sino cuan agradecido estás de lo que tienes.
Una persona que no está contenta o satisfecha vé el vaso medio
vacío; mientras aquella que está contenta y satisfecha, vé el vaso
medio o casi lleno. La mujer sunamita, aunque no era rica o tenía
todas las comodidades del mundo, estaba contenta y satisfecha
con su situación. Por esto, Dios la llama “importante.”
SU PAZ INTERIOR. (v. 14-26)
14 Pero Eliseo insistió: «Entonces, ¿qué se puede hacer por ella?».
Guejazí respondió:«Lamentablemente, no tiene un hijo y su marido
es viejo». 15 «Llámala», dijo Eliseo. Cuando la llamó,ella se quedó
junto a la puerta, 16 y Eliseo le dijo: El año próximo, para esta mis-
ma época, tendrás un hijo en tus brazos».Ella exclamó: «No, señor,
por favor; tú eres un hombre de Dios, no engañes a tu servidora».
17 Pero la mujer concibió, y dio a luz un hijo al año siguiente, para
esa misma época, como se lo había dicho Eliseo. 18 El niño creció.
Y un día en que había ido a ver a su padre, que estaba con los se-
gadores, 19 le dijo: «¡Ay, mi cabeza! ¡Ay, mi cabeza!». El padre
dijo al servidor: «Llévaselo a su madre». 20 El lo tomó y se lo lle-
vó a su madre. El niño estuvo en la falda de su madre hasta el me-
diodía y luego murió. 24 Luego hizo ensillar el asna y dijo a su ser-
vidor: «Toma la rienda y camina. No me detengas por el camino, a
no ser que yo te lo diga». 25 Así partió y llegó adonde estaba el
hombre de Dios, en el monte Carmelo. Cuando el hombre de Dios
la divisó a lo lejos, dijo a Guejazí, su servidor: «Ahí viene nuestra
sunamita. 26 Corre a su encuentro y dile: ¿Cómo estás? ¿Cómo es-
tán tu marido y tu hijo?». Ella respondió: «Todos bien».
Cuando su esposo le preguntó porqué iba a ver al profeta
ella contestó, “Paz. Todo está bien.” Reálmente, ¿estaba to-
do bien? No. Ella sabía que el niño estaba muerto; no había
pedido por él,pero sin duda lo había aprendido a amar. Sabía
que lo que iba a pedir del profeta era súmamente difícil, pero
también sabía que todo iba a estar bien. ¿Puede usted hoy
decir lo mismo que la mujer sunamita? En medio de la trage-
dia, enfermedad, muerte; ¿puede decir “ todo está bien ”?
¿Porqué? Porque Dios está en control y Su voluntad es siem
pre lo mejor para mí.
SU PERMANECER CON DIOS. (v. 29-30)
Eliseo era un hombre de Dios. Para esta mujer, era su conección
directa con él. No importaba cual fuera el resultado final, ella no
iba a dejar a Eliseo, ella no iba a dejar a Dios. ¿Alguna vez ha co-
nocido a alguien, que al enfrentar una tragedia, se volvió a Dios,
oró y oró, pero cuando las cosas no salieron como quería, culpó a
Dios y le dió la espalda? Hermanos, Dios escucha y contesta nues-
tras oraciones. A veces no entendemos la contestación. Pero eso
no quiere decir que está en nuestra contra o nos está castigando.
No importa el resultado, o como salgan las cosas en ciertas situaci-
ones, necesitamos decirle a Dios, “No te dejaré.”
CONCLUSIÓN (v. 31-37)
31 Mientras tanto, Guejazí se les había adelantado y había puesto
el bastón sobre el rostro del muchacho,pero este no dio señales de
vida. Volvió entonces a presentarse ante Eliseo y le comunicó: «El
muchacho no se ha despertado». 32 Cuando Eliseo llegó a la casa,
vio que el muchacho estaba muerto, tendido sobre su lecho. 33 En
seguida entró, se encerró sólo con el muchacho y oró al Señor. 34
Luego subió a la cama, se acostó sobre el niño y puso su boca,sus
ojos y sus manos sobre la boca, los ojos y las manos del niño; per-
maneció recostado sobre él y la carne del niño entró en calor. 35
Se puso a caminar por la casa de un lado a otro, se levantó y se re-
costó sobre él hasta siete veces. Entonces el muchacho estornudó
y abrió los ojos. 36 Eliseo llamó a Guejazí y le ordenó: «Llama a la
sunamita». Cuando la llamó, ella vino y Eliseo le dijo: «Toma a tu hi-
jo». 37 Ella entró y cayó a los pies de Eliseo con el rostro en tierra.
Después levantó a su hijo y salió.
Si quiere que su vida cuente para algo, no tiene que hacer o inven-
tar algo importante. No tiene que hacer toneladas de dinero, vivir
en la casa más grande, o guiar el carro más lujoso. Si quiere ser im-
portante como hija o hijo de Dios, sirva aunque el mundo no le re-
conozca, tenga un espíritu de contentamiento , y una fé tal, que no
importa lo que le pase a usted y a su familia, puede decir, “Todo
está bien.” No importa el resultado, nunca deje a Dios. Todo ser
abierto a lo alto, a Dios... suele captar al verdadero profeta y a su
mensaje, y se muestra hospitalario con él. No busca,como la mujer
del relato, recompensas, pero su generosidad la conlleva (cfr.Evan-
gelio). Es cierto que a veces somos ciegos, pero otras muchas, las
más, estamos escarmentados ante tanto desaprensivo que se cree
el "portador" de la divinidad, y les cerramos con razón la puerta. El
hombre abierto a lo alto... suele tener buen olfato.
Mural de la Iglesia de San Juán Bautista en el Jordán,
donde aparecen los profetas Elías y Eliseo.
Te adjunto de nuevo la pelicula de Los Profetas, para que veas el caso de la mujer sunamita.
LOS PROFETAS DE LA BIBLIA
DESDE SAMUEL HASTA SAN JUAN EL BAUTISTA
ELISEO HERMOSA HISTORIA
BIBLICA DIBUJOS ANIMADOS
Documentacion extraida de:
Comentario a la primera lectura 2 R 4, 8-11. 14-16a
http://www.mercaba.org/
La Mujer Sunamita 2 Reyes 4:8-37
http://www.ministros.org/
eress...TU
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